Por amor a mamá

Hay días en los que todo te sale mal. Llegas tarde al trabajo, se roban tu comida en la oficina, pierdes el teléfono y cuando llegas a tu casa, no encuentras tu llave. ¿Te ha pasado? Pero en esos momentos en que el mundo parece estar en nuestra contra, hay una persona que siempre está ahí para ti: mamá. ¿Recuerdas cuando eras pequeño y te sentías triste? ¿Recuerdas el abrazo que te dio cuando te rompieron el corazón por primera vez? ¿Recuerdas el spaguetti que te preparaba cuando quería hacerte sonreír? Nosotros sí.
Ese cariño incondicional, que sólo las madres saben darnos, vive con nosotros, es como una caricia que se lleva en la piel incluso en la distancia. No importa cuánto tiempo haya pasado desde la última vez que vimos mamá, su olor permanece con nosotros. Por eso, los grandes platillos que nos preparaba cuando niños, nos traen recuerdos tan hermosos. ¿A poco en tu memoria no son inseparables los platos de coditos con jamón y crema y las tardes de lluvia?
Y es que si hay algo que grite amor sin necesidad de decir una sola palabra, es la comida. Y no hay comida casera que se compare con un plato de pasta. Los fideos humeantes son como el abrazo calientito que mamá nos daba antes de salir a la escuela, las salsas cremosas son esos consejos que nos dieron durante tantos años, y las salsas rojas son todas las sonrisas que, con nuestras acciones, supimos pintar en su rostro.
Por eso, este Día de las Madres, vengan juntos a celebrar a Lasagna Factory. Consiéntela con alguno de los deliciosos platillos que tenemos para ustedes, y devuélvele un poquito de inconmensurable amor que te ha brindado.
Arrivederci!